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domingo, 25 de abril de 2010

El espejo lejano del primer Centenario

En 1910 parecían distantes las guerras civiles y existía confianza en un Estado sólido, capaz de conducir y dirimir conflictos. Luis Alberto Romero analiza comparativamente el país actual y fija la reconstrucción del Estado como meta.
Por: Luis Alberto Romero
Como todos los grandes aniversarios, los Centenarios provocan en los ciudadanos una pregunta y un desafío: qué hicimos y qué podemos hacer. Para el historiador, son además momentos privilegiados para comparar cómo han cambiado las miradas de la sociedad sobre sí misma. Frente al espejo del Centenario aparecen sus valores, sus balances y sus expectativas. Ciudadano e historiador, quiero tratar de entender cómo se miraban en su espejo los argentinos de 1910 y compararlo con nuestras miradas de hoy. Voy a centrarme en tres cuestiones: el Estado, la República y la Nación. Me temo que la comparación no ha de ser alentadora.

La mirada del Centenario.

Coloquémonos primero en 1910. Fue el momento de un balance maduro, con mucho optimismo, pero también con dudas y temores. Los optimistas veían en el siglo transcurrido la progresiva realización de un logro magnífico. Parecían lejanas las luchas por la construcción del Estado: las guerras civiles, que jalonadas por pactos efímeros, se prolongaron hasta 1880. En 1910 el Estado estaba sólidamente afirmado, no había guerras interiores, las fronteras estaban definidas, y sus principales instituciones –el ejército, la escuela pública, el correo, entre otras– funcionaban eficientemente. A través de ellas el Estado pudo modelar un país pujante, impulsado por la inmigración, el crecimiento agrario y el comercio exterior. Era una época de confianza en la capacidad del Estado para dirigir y orientar todo, e inclusive para regular los conflictos.

Desde 1810 nadie dudó de que la Argentina sería una república, pero construir sus instituciones fue tarea ardua. A mediados de siglo, Alberdi habló de una "república posible", con instituciones fuertes, amplias libertades y pocos ciudadanos. Faltaba la democracia, que completaría la "república verdadera", y hacia allí marchó la ley electoral de 1912, la ley Sáenz Peña, producto legítimo del reformismo del Centenario.

Tampoco había dudas en el Centenario de que la Argentina era ya una nación. Bartolomé Mitre dijo que lo era desde 1810, pero eso no era completamente exacto. La nación, concebida gradualmente por intelectuales y políticos, sólo arraigó en las conciencias cuando el Estado la hizo suya, y le dio forma y contenido. La tarea era complicada en el escenario babélico de la inmigración masiva. Pero en 1910 estaban sentadas las bases de una nacionalidad, gracias sobre todo a la tenaz acción de la escuela pública. La nacionalidad de 1910 era plural, tolerante y liberal, no excluía a nadie y ponía en primer término las ideas de ley y patria.

A los pesimistas les preocupaba, en primer lugar, la cuestión social, es decir, el desarrollo de la conflictividad laboral. Algunos creyeron que sólo era posible la represión, pero la mayoría confió en las reformas, por ejemplo un Código del Trabajo que legalizara y regulara la acción sindical. También los preocupaba que la nacionalidad fuera insuficiente y querían reforzar la conciencia y la unidad del llamado ser nacional, lo que originó inacabables discusiones sobre su definición.

Optimistas y pesimistas expresaban dos perspectivas que, aunque opuestas, tenían un punto de coincidencia: la posibilidad de la reforma, del mejoramiento de una realidad perfectible, y la confianza en la potencia de quien podía realizar esas reformas: el Estado.

El Bicentenario

Ubicados en el Bicentenario, es difícil trazar un balance único. En el siglo hubo dos Argentinas diferentes, separadas por la profunda brecha de los años setenta. Una, próspera, integrada y conflictiva; la otra, empobrecida, segmentada pero que, paradójicamente, intentaba construir una democracia republicana.

Veamos la primera. Muchos la conocimos, pero ya no existe más. Hasta los años setenta, la Argentina fue vital y conflictiva. Tuvo una economía relativamente próspera, capaz por ejemplo de asegurar un empleo a los sucesivos contingentes migratorios. Su sociedad fue dinámica, móvil e integrativa, y en general los hijos estuvieron mejor que los padres, ya fuera en educación, en empleos e ingresos. También fue una sociedad conflictiva. Algunos de esos conflictos tuvieron que ver con el acelerado proceso de incorporación social, como ocurrió en el origen del peronismo. Otros, en cambio, se explican por las características del Estado y su relación con las diferentes corporaciones de intereses.

Aquella Argentina tuvo un Estado activo y potente, que intervino de manera creciente para regular y arbitrar en los conflictos de una sociedad cada vez más compleja. Al hacerlo, desarrolló también una gran capacidad para conceder franquicias, privilegios o, lisa y llanamente, prebendas. Una característica de aquella sociedad fue que cada uno –obrero, empresario, profesional, docente, sacerdote o militar– trató de encuadrarse en una corporación, aguerrida y combatiente, para arrancar al Estado algún privilegio o beneficio especial. En ese diálogo, el Estado potente fue progresivamente colonizado por las corporaciones, perdió su autonomía y se convirtió en el campo de combate y a la vez en su botín, hasta llegar al paroxismo de los tempranos años setenta.

Con respecto a la república y a la democracia, la sociedad integrada y móvil produjo una ciudadanía informada, activa y participativa, que protagonizó en la primera mitad del siglo XX dos ciclos definidamente democráticos: el radical y el peronista. En los dos casos se trató de una cierta variedad de democracia: de líder, plebiscitaria, fuertemente unanimista y escasamente republicana. Tanto el radicalismo como el peronismo se presentaron como la expresión de la nación y el pueblo. El presidente, depositario de la voluntad del pueblo, no se consideraba atado por los otros poderes de la república. Los adversarios del movimiento eran, en realidad, enemigos del pueblo y de la nación. Uno de los resultados de esta práctica democrática singular fue una vida política facciosa, intolerante e inestable. Los militares aprovecharon los conflictos de la democracia para proponer la alternativa de la dictadura, de formas cada vez más terribles.

Uno de los productos más característicos de la Argentina vital fue un nacionalismo robusto y aguerrido, construido sobre la idea de la unidad y la homogeneidad de una nación, que sin embargo debía ser definida. Quien impusiera su definición del ser nacional podía decidir quién pertenecía auténticamente y quién quedaba en los márgenes de la nación. La tarea convocó a poderosos enunciadores: el Ejército, la Iglesia católica, las fuerzas políticas nacionales y populares. Cada uno tuvo su idea de la nación, pero todas tenían ese rasgo común de la exclusión del otro, y entre todas dieron forma a un nacionalismo agresivo e intolerante, soberbio y paranoico. Su expresión más terrible fue la guerra de Malvinas, en 1982, y la multitud congregada en la plaza de Mayo, aclamando al dictador nacionalista.

La Argentina de hoy

La última dictadura militar potenció al extremo los conflictos y las malas pasiones de aquella Argentina. A la vez, su manera de enfrentarlos inició la construcción de la nueva Argentina, la que hoy nos toca vivir. Se trata de una Argentina decadente. En las últimas tres décadas el país cambió completamente. Se destruyó su antigua economía, ciertamente ineficaz, pero el surgimiento de lo nuevo apenas se vislumbra. La consecuencia ha sido un empobrecimiento general y una formidable redistribución regresiva del ingreso. En la gran transformación hubo algunos grandes beneficiados y una masa de afectados, sumergidos en la desocupación y en la miseria. Hoy la sociedad argentina está fragmentada, segmentada y cada vez pesan menos las clases medias que supieron caracterizarla.

En ese contexto social, tan poco adecuado para la formación de ciudadanos y de ciudadanía, la Argentina hizo su intento más sistemático y voluntarioso de construcción de una democracia republicana, como nunca conoció anteriormente: liberal, pluralista, republicana, basada en la ley, los derechos humanos y la discusión racional. Esa fue la ilusión de 1983. En la democracia realmente existente que tenemos desde los noventa llama la atención la reaparición de modelos de gestión política y estatal familiares en otras épocas. La democracia republicana se ha ido convirtiendo cada vez más en una democracia delegativa, según la fórmula de Guillermo O'Donnell. También reaparece el argumento plebiscitario –aunque las plazas unánimes y espontáneas sean raras– y junto con él, la execración del otro. Finalmente, reaparece una figura mucho más antigua: la de los gobiernos electores, que combinando presión y dádivas pueden construir los resultados comiciales.

Pero la clave está en el Estado. La reforma estatal se viene desarrollando sin solución de continuidad desde 1976, con la sola excepción de los años de Alfonsín. Consistió casi exclusivamente en destruirlo, con justificaciones tanto liberales como estatistas. Para achicar el déficit, se redujeron sus funciones sociales, como la educación, la salud y la seguridad, agudizando la pobreza. Para beneficiar a los más fuertes –los ganadores de la gran crisis– se redujo al mínimo su capacidad de control, achicando o destruyendo oficinas estatales. Pero se mantuvieron las prácticas prebendarias, que permanecen, aunque los beneficiarios se van alternando. El resultado ha sido un Estado incapacitado de desarrollar políticas sostenidas. Para quienes lo gobiernan, es hoy como un automóvil sin acelerador, freno ni volante; una herramienta inservible y hasta peligrosa que como un televisor viejo, sólo funciona con golpes de autoridad, de resultados imprevisibles.

Un balance

En 2001 se produjo una espectacular crisis, y después tuvimos una inesperada ola de prosperidad. Esta no ha concurrido a disolver el núcleo de miseria, que ya crece con lógica propia. Allí está la base de una sociedad escindida en dos mundos, que viven un conflicto cotidianamente escenificado en las calles. Si esto puede revertirse, sólo lo puede hacer el Estado.

¿Qué estado? ¿Con qué régimen político? ¿En nombre de qué nación? En torno de estas cuestiones se plantean los desafíos del Bicentenario. Algo va quedando claro: en lugar del consenso amplio de 1983, hay frente a cada cuestión dos opciones, más o menos claramente planteadas. Respecto de la República, para unos es un estorbo, y la solución está en achicarla y concentrar el poder en su vértice, apelando a la eficiencia y la legitimidad plebiscitaria. Para otros, el problema está en la discusión, la negociación y la elaboración de proyectos colectivos, lo que requiere fortalecer la Justicia y el Congreso.

Estos también sostienen que es necesario reconstruir el Estado. Liberarlo de la colonización corporativa y las prácticas prebendarias. Devolverle su potencia, dotarlo de las agencias que lo conviertan en maquinaria eficaz de las directivas del gobierno. Esta propuesta no tiene objetores de fondo sino enemigos de retaguardia, solapados. Son los que corrompen la porción del Estado que les afecta, mediante el prebendarismo o el clientelismo político. O los que destruyen las agencias molestas, las pocas que sobrevivieron a los vendavales de la dictadura y de los noventa.

Sin desconocer la importancia de la cuestión republicana, diría que el meollo del desafío de la hora está en la reconstrucción de un Estado capaz de pensar políticas estatales o políticas nacionales. Un Estado como el que tenían los hombres del Centenario, aunque ciertamente los problemas que ellos enfrentaban eran mucho más sencillos. Esa me parece la lección que se desprende de mirar la Argentina del Bicentenario en el espejo, hoy un poco lejano, de su primer Centenario.
Fuente: Revista Ñ

Mujeres de Pinamar en el Bicentenario


Pude observar con gusto, que cada uno formaba parte fundamental de un todo y por eso el resultado no podía ser otro, que un magnifico encuentro, que cerró una parte de este proyecto escolar, que denominamos Mujeres de Pinamar en el Bicentenario .
Felicitamos a todos los alumnos y docentes que han trabajado en este proyecto, y agradecemos a cada una de las panelistas.

Los siguientes fragmentos, escritos por Simone Seija Paseyro, describe un poco lo que hemos vivido el pasado 22.

[…] Valientes, reidoras y con labia. Capaces de pasar horas enteras escuchando, muriéndose de risa, consolando. Arquitectas de sueños, hacedoras de planes, ingenieras de la cocina, cantautoras de canciones de cuna.
Cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor de “un fuego”, nacen fuerzas, crecen magias, arden brasas, que gozan, festejan, curan, recomponen, inventan, crean, unen, desunen, entierran, dan vida, rezongan, se conduelen.
Ese fuego puede ser la mesa de un bar, las idas para afuera en vacaciones, el patio de un colegio, el galpón donde jugábamos en la infancia, el living de una casa, el corredor de una facultad, un mate en el parque, la señal de alarma de que alguna nos necesita o ese tesoro incalculable que son las quedadas a dormir en la casa de las otras. […]
Creímos morirnos muchas veces, y encontramos en algún lugar la fuerza de seguir. Bailamos con un hombre, pero la danza más lograda la hicimos para nuestros hijos al enseñarles a caminar.
Entonces…los cuerpos dieron cuenta de esas lides, pero todas mantuvimos intacta la mirada. La que nos define, la que nos hace saber que ahí estamos, que seguimos estando y nunca dejamos de estar.
Porque juntas construimos nuestros propios cimientos, en tiempos donde nuestro edificio recién se empezaba a erigir.
Somos más sabias, más hermosas, más completas, más plenas, más dulces, más risueñas y por suerte, de alguna manera, más salvajes.
Y en aquel tiempo también lo éramos, sólo que no lo sabíamos. Hoy somos todas espejos de las unas, y al vernos reflejadas en esta danza cotidiana, me emociono.
Porque cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor “del fuego” que deciden avivar con su presencia, hay fiesta, hay aquelarre, misterio, tormenta, centellas y armonía. Como siempre. Como nunca. Como toda la vida.
Para todas las brasas de mi vida, las que arden desde hace tanto, y las que recién se suman al fogón.

Algunas cosas se que dijeron


Estas son algunas frases que han dicho las panelistas durante el encuentro : MUJERES DE PINAMAR Y EL BICENTENARIO.

"La educación es la acción mas importante para mejorar el país, les va a permitir, expresarse, ser libres, pensar, decidir… La construcción de un país mejor radica fundamentalmente en la educación" J.Perez

"Las mujeres siempre vamos a estar tratando que la violencia no se extienda, que la violencia no exista, preservando lo bueno de cada uno , desde el hogar formando hijos en principios que sean buenos para siempre, la honestidad, la no discriminación, el poder sentirte tu igual, el poder alentar a seguir estudiando, ya que el conocimiento, es lo que nos lleva a ser mejores personas. El haber estado en las escuelas siempre, me da el privilegio de sentirme como en esa vieja película (que seguro ustedes no vieron) en que un maestro había sido maestro de casi todo el pueblo, y cuando paseaba por la calle era… adiós Mr. Chips!! y yo me siento como Mr. Chips en este nuestro Pinamar, donde casi todo el pueblo fue alumno mío". D. Bin

"Quienes hemos tenido el don de ser madres, sabemos, de la responsabilidad que tenemos con nuestros hijos, ustedes que están en una escuela de arte, sepan que la mejor obra de arte para una madre es un hijo y lograr que este, sea inmensamente feliz y viva en una familia feliz, es la mejor obra que podemos realizar". E. Shaw de Canale

"El mejor lugar y lo mejor que les puede pasar, es la escuela"…. I. Cassani

Así empezamos!!











Gracias Chicos!!!


En nombre de todos los miembros de la Escuela, queremos agradecer, la destacada participación, en la apertura del encuentro de Mujeres de Pinamar en el Bicentenario, del grupo de Danzas, dirigido por Rodrigo De Iraola.

sábado, 24 de abril de 2010

Cumple 20 años el telescopio Hubble


Hace 20 años el hombre no podía determinar la edad del universo, y ni siquiera lograr observar su primer millón de años. Tampoco conocía los planetas extrasolares, aunque suponía su existencia. Y menos podía llegar a ver las ondas de largo alcance en un objeto celeste, como las infrarrojas, que son absorbidas por nuestra atmósfera.
Recién con la puesta en el espacio del Hubble, el primer telescopio posicionado fuera de la Tierra, todas esas observaciones y conocimientos pudieron hacerse realidad.

El trabajo del Hubble es algo más que voluminoso: desde 1990 realizó 600.000 grabaciones de unos 30.000 objetos fotografiados, según datos de la NASA, la agencia espacial de los Estados Unidos. Cada mes transfiere a la Tierra 80 gigabytes de información y la suma de su costo inicial más las sucesivas reparaciones que tuvo asciende a 10.000 millones de dólares.

Tras ser lanzado dentro del transbordador Discovery el 24 de abril de 1990, dos meses más tarde se descubrió que el mayor de sus espejos, de 2,4 metros, tenía un defecto que lo volvía miope. Después de tres años, se pudo corregir su visión, lo que le permitió llegar a fotografiar cientos de galaxias y sus estrellas, observar los comienzos del universo tras el Big-Bang y tomar detalles desconocidos de los planetas de nuestro sistema solar. Pero, fundamentalmente, permitió al hombre ampliar su visión y conocimiento como nunca antes lo había logrado .

Fuente La Nación.
¿Quién fue Edwin Powell Hubble?
(Marshfield, Misuri, 20 de noviembre de 1889 - San Marino, California, 28 de septiembre de 1953) fue uno de los más importantes astrónomos estadounidenses del siglo XX, famoso principalmente por haber demostrado la expansión del universo midiendo el desplazamiento al rojo de galaxias distantes. Hubble es considerado el padre de la cosmología observacional aunque su influencia en astronomía y astrofísica toca muchos otros campos.

jueves, 22 de abril de 2010

Día de la tierra


Han transcurrido cuarenta años después del primer Día de la Tierra y mientras el cambio climático es el mayor reto de nuestros tiempos, también representa la mayor oportunidad – una oportunidad sin precedentes para construir una economía energética limpia, saludable y próspera para hoy y para el futuro.
No obstante también por parte de cada uno de nosotros debemos desde lo cotidiano, fijar nuestro propio reto, no hace falta que seamos, investigadores científicos, para lograr hacer el cambio, con cosas simples como no arrojar basura en la vía pública, cuidar el agua, reciclar, no usar bolsas de plástico, apagar las luces que no son necesarias, etc. podemos colaborar con nuestra tierra, podemos hacer mucho, por nuestra casa, por nosotros y para las generaciones futuras.

domingo, 11 de abril de 2010

Hubo equipo!!!


Felicitaciones a los alumnos de 4° año, quienes ganaron el encuentro de Voley.
A todos los equipos que se han presentado, por la garra que le han puesto y la alegria de participar.
Felicitaciones tambien a los profes de Educación Física por la tarea realizada.
Recuerden que en agosto tenemos le próximo, que es de Handbol y en noviembre el de Basquet. El resto de los profes estamos tratando de contratar a Manu Ginóbili para ver si así podemos ganar.

Un día máxima de alegria






El viernes 9 de abril inauguramos nuestro playon de Educación Física, fue un día maravilloso.
Agradecemos a la Familia Mendez, y a todos aquellos que han colabrado con nosotros.

domingo, 4 de abril de 2010

La Capilla Sixtina en 360°, Viajemos en la red


La Capilla Sixtina debe su nombre al Papa Sixto IV della Rovere (pontífice desde 1471 hasta 1484) quien hizo reestructurar la antigua Capilla Magna entre el año 1477 y el 1480. La decoración del s. XV de las paredes incluye: las falsas cortinas, las Historias de Moisés (paredes sur - entrada) y de Cristo (paredes norte - entrada) y los retratos de los Pontífices (paredes norte - sur - entrada). Fue realizada por un equipo de pintores formado originariamente por Pietro Perugino, Sandro Botticelli, Domenico Ghirlandaio, Cosimo Rosselli, coadyuvados por sus respectivos talleres y por algunos de sus colaboradores más estrechos entre los que destacan Biagio di Antonio, Bartolomeo della Gatta y Lucas Signorelli. Sobre la bóveda, Pier Matteo d'Amelia pintó un cielo estrellado. La realización de los frescos tuvo comienzo en 1481 y se concluyó en 1482. A esta época se remontan también las siguientes obras en mármol: el tranqueo, el coro, y el escudo pontificio encima de la puerta de entrada. El 15 de agosto de 1483 Sixto IV consagró la nueva capilla a la Asunción de la Virgen y la dedicó a ella. Julio II della Rovere (pontífice desde 1503 hasta 1513), sobrino de Sixto IV, decidió modificar parcialmente la decoración de ésta, confiando el encargo a Miguel Ángel en 1508, quien pintó la bóveda y los lunetos, en la parte alta de las paredes. En octubre de 1512 el trabajo había terminado y el día de Todos los Santos (1° de noviembre), Julio II inauguró la Sixtina con una misa solemne. En los nueve recuadros centrales se hallan representadas las Historias del Génesis, desde la Creación hasta la Caída del hombre, el Diluvio y el nuevo renacer de la humanidad con la familia de Noé.

sábado, 3 de abril de 2010

A 28 Años


Velas Sudamérica 2010, estuvimos allí!!








Durante su paso por la Ciudad de Mar del Plata (Febrero 2010), pudimos sacar estas imágenes de los veleros que nos han visitado, y queremos compartirlas porque fue realmente hermoso.
Podés ver más sobre la travesia en:

Las Mujeres, Pinamar y el Bicentenario


Una sociedad es la realización de distintos actores que interactúan transformando la realidad, modificando el lugar que cada uno de ellos ocupa dentro de ella. El Bicentenario es la reseña de doscientos años de interacción entre estos, quienes han moldeado, desde su realidad, sus creencias, sus ideas, el presente y el futuro de este espacio que conocemos como América Latina, como Argentina.
La lucha por peticionar, por obtener y sostener en el tiempo los derechos de la mujer ha sido ardua y en muchos casos a partir de decisiones individuales, pero basadas no en una necesidad individual, sino colectiva.

La escuela secundaria es escenario diario de la interacción de distintos actores institucionales, actores sociales; en ella se observa, día a día, la discusión entre géneros. Las alumnas y alumnos, las docentes y los docentes sostienen permanentemente debates triviales o académicos sobre el lugar del hombre y la mujer en nuestra sociedad. Esta discusión enriquece el intercambio y contribuye a la introducción de cambios que nos impulsen hacia una sociedad mas justa e inclusiva, donde hombres y mujeres puedan sostener los logros y permitir los cambios que aún hacen falta.
Desde este lugar se fundamenta que en este año del bicentenario revisemos, y a partir de allí… repensemos el lugar de la mujer en la construcción de un país, de una patria partiendo desde nuestro lugar, la escuela.
Escuchar las voces de las mujeres, compartir su historia, analizar el presente y proyectar el futuro es la idea que sostiene la acción de este proyecto.


En el marco del año del Bicentenario, este primer proyecto, ya está en marcha y va muy bien.
El próximo 22 de abril a las 10 hs, en el Teatro de la Torre, realizaremos el encuentro "Las Mujeres de Pinamar en el Bicentenario". La coordinación está a cargo de la Prof. Gladys Corvalan y la Dirección de la escuela.
El Viernes 9 de abril inauguramos el playon de Educación Física, a las 9 hs, haremos un pequeño acto donde se realizará la imposición del nombre del playon, "Pedrito Mendez".
Ese día lo dedicaremos a EFI, se realizará un torneo de voley entre alumnos y el partido final es alumnos contra profesores.
La idea es celebrar, que despues de mucho tiempo y muchas gestiones, hemos conseguido alcanzar otra meta más, gracias a la colaboración de muchas personas que colaboran con el crecimiento de la escuela, y nos senitmos muy contentos, por eso queremos pasar un día genial, con la comunidad educativa de la escuela.

Pedrito Mendez:

Pedro Méndez, nació en la ciudad de dolores, el 26 de agosto de 1928, hijo de una familia dedicada a los trabajos rurales, desde muy joven dedicado al trabajo.
Entre el año 1948 y 1950 llegó a Pinamar como muchos otros por comentarios de boca en boca que en este lugar estaban necesitando trabajadores, como buen aventurero llegó aquí para hacer distintos trabajos como por ejemplo: repartidor de carne, calderista incluso en el hotel playas.
Pero siempre se destacó en la faceta del deporte, sobresaliendo en boxeo, ciclismo nadador, jinete. Participando y colaborando con las diferentes instituciones locales, cuando en Pinamar estaba todo por hacer, una historia que recién comenzaba.
Su personalidad hacía que nunca pasara desapercibido le gustaban los aplausos y ser reconocido.
En 1980 se dedicó a pleno a las carreras de maratón representando Pinamar con el auspicio de empresas locales y municipales, entre las carreras más destacadas los 42 km. En Santa Rosa La Pampa, las Fiestas Mayas en Buenos Aires. Y tantas otras.
Fue ejemplo para muchos jóvenes al ver su pasión por el deporte.
La Dirección, equipo de docentes y alumnos de la Secundaria en Artes Visuales Nº 1 de Pinamar, agradecen a la familia Mendez, permitirnos tener el honor que nuestro playon de deportes lleve el nombre de su padre.